Sí, esto es así ..... pero de vez en cuando; del riesgo, del conflicto, del simple hecho de narrar una historia, nacen películas, incluso solo secuencias, que a base de emoción y garra conectan de manera íntima con el espectador, a un nivel emocional que ningún otro tipo de manifestación artística consigue.
Son momentos de cine: tristes, cómicos, emocionantes, terroríficos .... aquí va uno de ellos:
Braveheart (1995)
Secuencia: Un joven William Wallace acaba de sufrir la muerte de su padre a manos de los ingleses. En el entierro, una niña se da cuenta de su dolor, dando como resultado una secuencia inolvidable:
No hay comentarios:
Publicar un comentario